Pluma Pluma Gay

“Por qué no hablar de las fiestas??”. Dirán: no rompan, nadie critica una fiesta, una fiesta es una fiesta, y ahí estas de fiesta, a quién se le ocurre buscarle el pelo al huevo, la quinta pata al tero (tiene dos, pero es muy rebuscado), lo peronista a Kirchner; simplemente no tiene sentido. Pero acá vamos a desnudar ciertas cosas. Obviamente en algunas fiestas se desnuda gente, pero…concentrémonos…

Por qué existe una función lineal que dice que la topisidad ( nivel de ser/estar top) de un atendiente a la fiesta es directamente proporcional a lo tarde que llegue? Nadie lo sabe. Igualmente ojo, tiene sus límites: si llegás a las 7 sos un pelotudo/a. Es una sabiduría que hay que adquirir paulatinamente, la cual depende de muchas variables: hora de la fiesta, famosidad (nivel de ser/estar famoso) del organizador, lugar, ambiente que haya, etc. Hay que saber cuándo caer.

Por qué siempre están esas dos chicas “siamesas”, que andan juntas para todos lados. Son re amigas mal, nadie las conoce, ni sabe con quien se juntan. Son re difíciles, y hacen todo entre ellas dos. Hablan de a dos, bailan de a dos, esquivan hombres, están vestidas muy parecido pero no son hermanas. Van al baño y vuelven, van a la barra y vuelven. Se sientan y caminan. Caminan y se sientan.

Por qué esta siempre el grupito de amigas top, vestidas con pañuelos, vestiditos y sandalias? Hasta en invierno eh. Todas re modelitos, perfectitas. Las minas que van y vienen del baño constantemente, se arreglan el maquillaje y se dicen secretitos de lo que piensan de las otras minas presentes. Por lo general miran mal a las demás mujeres. Son las divinas, cual Patito Feo. Y las lleva a la fiesta por lo general alguien muy importante que sólo se digna a juntarse con ellas.

Está el grupo de gomas que son como 7 y van derecho a pararse al lado del frigo bar.  Y tomar y tomar y tomar . Y chamuyarse a todas las mujeres presentes en la fiesta.  Y bailar inventando pasitos en el medio cosa de quedar bien chic. (no)

Nunca falta la que baila sóla con el calefactor.  La que se va vestida distinta del resto de las mujeres presentes, esa que estuvo dos horas pensando si usar tacos o zapatillas y optó por lo que el resto descartó.

Están los rugbiers siempre en el mismo rincón haciendo bardo, todos vestidos de Kevingston, con minas re petizas y perfectas. Con doble apellido.  Todos con calzoncillos con dibujtos de rugbier. Todos borrachos pegándose. Bailando juntos, cerraditos, no se mezclan. Vinieron de jugar del club directo a la fiesta, en los autos más geniales que pueda haber.

Están los gatos mal teñidos y sobredelineados, con ropa no muy elegante, mirando con ganas de morder a todos los hombres, del más lindo al más feo. Meneando en el caño si lo hay, y cantando Gilda, por decir algo.

Los que tienen más de 26 y siguen con asistencia perfecta a todo evento, llevan mucho para tomar, no se dan por aludidos de que … ya pasó. Ya pueden no ir.

Está la q se quiere ir tempranísimo para coger porque claramente no le interesa la fiesta sino un invitado. No se descarta que haya ido con el invitado, pero también puede haberlo encontrado directamente en la fiesta. Depende de la escala de valores de cada individuo.

Se puede encontrar también al que se quiere ir a cagar por el fernet y porque cenó demasiado.

La que vomita y se hace la Paris Hilton en rehabilitación, toda “uhh qué desastre soy chabón, uuhh” mientras pone caras dignas de tapa de revista Paparazzi, con todo su vestidito chic (sí) manchado y el pelo mojado sobre la cara.

Está el que se las arregló para llegar pero no sabe cómo ni con quién volverse. Y cuando encuentra con quién, no le cabe el horario que el otro fija para partir.

Están los que te arrastran a desayunar, y no te dejan irte a dormir. “No seas ortiva che! Dormís después”.

Están los barman, que te regalan tragos para levantarte. O mejor dicho para ponerte en pedo y levantarte. O las dos cosas indistintamente el orden.

Está la mina/el flaco que te quiere pegar. Está la mina/el flaco al que le querés pegar.

Están los “turistas”, que llegan se sientan y miran. Toman y miran. Caminan y miran. Son espectadores de todo lo que pasa, pero juegan a que no están participando.

Están los “vivo-para-la-foto-pero-no-soy-flogger”. No sueltan la cámara. Empezaron sacando fotos cuando pasaban a buscar a cada uno de los del grupo, se sacaron en el camino, le sacaron al que maneja, al del peaje. Sacaron cuando llegaron. Le sacan al primer trago y al número setecientos cuarenta y nueve. Sacaron cuando fueron al baño, cuando bailaron, cuando se durmió alguno. Sacaron a la vuelta, todo retratado paso por paso. No son exhibicionistas eh, solamente quieren subirlo a Facebook para que los vean todos sus amigos.  Y Guay de aquel que incluso conserva un Fotolog. Los próximos 200 días veremos las fotos de la fiesta.

Están los novios acaramelados que llegan juntos, toman juntos, bailan juntos y se instalan en un rincón a intercambiar pensamientos salivales. Y no paran eh. Salen de fondo de todas las fotos.

Están todos estos personajes. Y no estamos enojados con ninguno, pero los describimos con cierto nivel de crítica para definir los estereotipos con la mayor exactitud posible. No pensamos en nadie en particular así que esperamos no ofender.

Ustedes qué personaje son? Sinceridad.